Un veterano Boeing B-17, construido en 1943 y apodado Flying Fortress en la II Guerra Mundial, sufrió un accidente el miércoles 2 de octubre, dejando siete fallecidos. El aparato se precipitó en las inmediaciones del aeropuerto Windsor Locks-Bradley, Connecticut.
Según ha informado La Vanguardia, el avión despegó con normalidad a las 9.45 horas con 13 personas a bordo, entre los que se encontraban tres tripulantes y 10 pasajeros invitados a volar en el histórico aeroplano. Al cabo de cinco minutos, la aeronave pidió regresar al aeropuerto de salida, recibiendo la autorización para ello.
Finalmente, el B-17 se estrelló en la pista 6 sobre instalaciones y vehículos de deshielo de aviones. Afortunadamente el lugar estaba libre de pasajeros y de aviones, aunque sí se encontraban algunos trabajadores. El aeroplano, que solo voló durante 9 minutos, se incendió a consecuencia del impacto, generando una gran columna de humo. El equipo de emergencias solo pudo rescatar con vida a seis pasajeros, así como a un empleado del aeródromo.
Los medios de comunicación locales han recogido diferentes especulaciones sobre las causas del accidente. Algunas apuntan a que la aeronave no cogía altura, mientras que otras a que uno de los motores parecía petardear mientras humeaba. A este respecto, el comisionado local del Departamento de Servicios de Emergencia y Protección Pública, James Rovella, no se pronunció sobre las causas y solo indicó que dos supervivientes se encuentran en estado crítico y el resto con diferentes daños.
El Boeing B-17
El avión siniestrado pertenecía a la Fundación Collings, impulsada por el matrimonio conformado por Robert y Carola Collings, con el objetivo de preservar medios de transporte históricos. La Fundación cuenta con 55 coches, 65 vehículos militares y 37 aviones construidos entre 1909 y 1969, de los que 29 están en vuelo.
Asimismo, se trataba de uno de los últimos Flying Fortress que seguían volando. En la actualidad, solo quedan 46 unidades completas en el mundo de este tipo, aunque la mayoría están expuestas en museos o forman parte de colecciones particulares.
No se trata del primer accidente de este tipo, ya que en agosto de 2018, un avión militar antiguo, un Junkers JU52 HB-HOT, se estrelló en una región montañosa en el Cantón de los Grisones (Suiza) dejando 20 fallecidos. El avión se destinaba para vuelos panorámicos sobre los Alpes suizos.