Sucesos
Fallece el propietario de Quick Air al estrellarse su avión tras ser escoltado por cazas
El propietario de la empresa de aviación Quick Air, Peter Griesemann, ha fallecido tras caer al mar Báltico el avión que pilotaba, el pasado domingo por la tarde. Junto a él viajaban su esposa, Juliane, su hija Lisa y un amigo de la joven, quienes, presumiblemente, también han fallecido.
La aeronave —un Cessna 551 con más de 40 años de antigüedad— despegó de Jerez de la Frontera (Cádiz) a las 15.55. Alrededor de las 17:00, cuando el avión sobrevolaba la provincia de Toledo, el piloto estableció comunicación con el denominado Centro Norte. El sonido no era claro, pero, según el diario El Mundo, Griesemann informó de problemas en la aeronave, lo que provocó que se activara el protocolo de la OTAN.
Dicho procedimiento establece que aviones militares acudan en ayuda de la aeronave en peligro, por lo que dos aparatos despegaron de la base de Torrejón de Ardoz (Madrid) y trataron de comunicarse con el Cesna 551, aunque sin éxito. Al sobrevolar Burdeos (Francia), los militares españoles fueron relevados por dos cazas franceses que tampoco pudieron comunicarse con el avión pilotado por Griesemann.
Según el periódico alemán Bild, la aeronave —que posteriormente también fue escoltada por militares alemanes y daneses— tenía previsto aterrizar en Colonia (Alemania). No obstante, no fue así y el avión pasó de largo hasta llegar al mar Báltico, donde comenzó a perder altura con gran rapidez, hasta estrellarse frente a la costa de Letonia.
Peter Griesemann, de 72 años, era propietario de Quick Air, compañía dedicada al segmento de los aerotaxis y aviones medicalizados. La empresa tiene su sede en Colonia y fue fundada en 1992. Actualmente cuenta con una flota de diez aeronaves.
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