Sucesos

Condenan a un hostelero de Gijón por acoso sexual

El dueño de un bar en Gijón ha sido condenado por acoso sexual a una de las camareras que había sido despedida previamente. La exempleada recibió una carta donde su jefe le pedía mantener relaciones sexuales “cinco veces por semana”. La autoría de la misiva fue reconocida por el hostelero y sirvió para condenarlo. La sala de lo Social del Tribunal Supremo desestimó un recurso de casación impuesto por el acusado.

La sentencia explica que la camarera denunciante trabajaba en una cafetería de Gijón, cuando el 1 de abril de 2015 recibió un burofax de la empresa en el que se le comunicaba su baja por no haber superado el período de prueba. Posteriormente, la mujer recibió atención médica en un centro de salud por ansiedad y neurosis. Al día siguiente, denunció ante la comisaría de policía de Oviedo que, desde el mes de noviembre, era objeto de acoso sexual por el administrador de la empresa.

La carta a la que hacía referencia estaba dirigida a los “Reyes Magos” y el hostelero gijonés pedía “una buena hembra de color negro que me saque la mala leche, cinco veces por semana”, entre otras frases que fueron catalogadas de “pueriles, fantasiosas e inverosímiles”. El juzgado de primera instancia interpeló al acusado por esta misiva y sentenció, además, que "no hay un solo dato revelador de que la trabajadora consintiese o tolerase el comportamiento del demandado, que califica de acoso sexual y acoso por razón de sexo, para obtener ventajas sexuales de la actora determinante de la nulidad radical del despido".

En el acto de conciliación administrativa, la empresa reconoció la improcedencia de la destitución, mientras que la denunciante solicitó el despido nulo y subsidiariamente improcedente, además del abono de una indemnización de 30.000 euros. El juez de instancia la estimó esta petición en parte dando la oportunidad a la empresa de readmitir a la empleada o abonar la indemnización.

La sentencia valoró también "los daños objetivables, como el trastorno de ansiedad y la neurosis diagnosticados y el haber soportado la situación, así como las secuelas en diversos ámbitos". El hostelero intentó recurrirla sin éxito; ahora es firme y contra ella no cabe recurso.

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