El divorcio de una azafata de vuelo adúltera, perteneciente a la aerolínea Transavia, está centrando la atención de muchos medios de comunicación. Presuntamente la mujer mantenía relaciones sexuales con sus compañeros de trabajo, durante el vuelo e incluso en la cabina de pilotaje. Además, llevaba un diario escrupuloso sobre sus aventuras, que podría tener, según una amiga que ha confirmado sus escarceos, ciertas pretensiones literarias, y que encontró el marido. Su venganza fue enviar dicho diario a numerosos medios y pedir que lo publicaran al detalle. Fue la compañía aérea la que finalmente le frenó, dejando la decisión en manos del juzgado de La Haya. Transavia ha pedido a todos sus empleados que guarden silencio, para no manchar la imagen de la aerolínea, pero también para preservar la intimidad de los afectados, muchos de ellos casados. Una portavoz de la empresa ha querido destacar que sus investigaciones demuestran que los pasajeros nunca estuvieron en peligro

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