La vida continúa, a pesar de las guerras. Eso fue lo que debieron pensar los vacacionistas que se encontraban tranquilamente el pasado domingo en una playa de Sebastopol, en la península de Crimea, un territorio ucraniano actualmente ocupado por Rusia. No obstante, su relajación se vio interrumpida por el impacto de un misil en el que fallecieron cinco personas, entre ellas tres niños y 144 resultaron heridas.

Ese mismo día, las fuerzas rusas consiguieron interceptar cuatro misiles, pero otro “se desvió de su trayectoria de vuelo en el tramo final debido al impacto de las defensas aéreas” y terminó cayendo en la ciudad. Además, fragmentos de los otros misiles cayeron sobre una de las playas más grandes y concurridas de la ciudad, la del barrio de Uchkuevka.
 


Según ha confirmado posteriormente el embajador ruso en Washington, Anatoly Antonov, el misil usado durante el ataque era de tecnología estadounidense. Asimismo, las autoridades rusas lo han considerado como un “ataque terrorista”, ya que se ha producido suceder durante una festividad ortodoxa, informa La Razón.