Tammy Lawrence-Daley ha denunciado que en sus vacaciones República Dominicana durante el pasado mes de enero fue brutalmente agredida y abandonada al borde de la muerte por un hombre que llevaba un uniforme del resort en el que se alojaba.
Según confiesa la estadounidense de 51 años a través de su cuenta de Facebook y posteriormente a través de la publicación People, ha esperado a sentirse más calmada para sacar su historia a la luz. Relata que todo comenzó en enero cuando se fue de vacaciones con su marido y sus dos mejores amigos, Diane y James Doering. Ambas parejas se alojaban en el resort ‘todo incluido’ Majestic Elegance de Punta Cana, donde iban a pasar una semana completa disfrutando del “sol y de la playa”.
En el segundo día de sus vacaciones, sus amigos decidieron pasar el día en la playa, para después ir al teatro y a bailar. Sobre las 22:30 se retiraron a sus habitaciones, pero Tammy sintió hambre. Tras intentar contactar con el servicio de habitaciones y comprobar que este servicio ya no estaba disponible a esas horas, fue cuando decidió ir al lounge del resort para tomar un snack.
“Le dije a mi marido…Volveré en cinco minutos”, explica. Sin embargo, no regresó y es que fue atacada cuando volvía hacia su habitación. Según relata fue arrastrada por unas escaleras de cemento, doblaron una esquina y entraron a un espacio subterráneo rodeado de tubos y cubierto de aguas residuales.
Fue en este espacio donde un hombre, que llevaba el uniforme del resort, la golpeó en múltiples ocasiones. Se cree que también pudo abusar sexualmente de ella, aunque no está segura de ello puesto que cayó inconsciente y la prueba para comprobar si había sido violada se realizó demasiado tarde.
Más tarde, estuvo atrapada en ese lugar: “No podía ir a ninguna parte. No podía levantarme ni encontrar una salida”. Sus amigos y marido la buscaron desesperadamente pero, según su versión, el personal del hotel alegaba que probablemente se habría emborrachado y estaría en algún lugar. Tras ocho horas, fue encontrada y trasladada a una clínica local donde permaneció por cinco días.
El balance fue la boca desgarrada, la nariz rota, una mano fracturada y la pérdida parcial de audición en su oído izquierdo.
Critica que desde el hotel no asumen ninguna responsabilidad por el ataque pese a que identificó que el agresor portaba un uniforme con el logo del resort. Asimismo, se siente desalentada porque cree que las autoridades locales no están tomando medidas al respecto.
Concluye afirmando que cuenta su experiencia para que “las mujeres entiendan que no pueden ir por ahí solas” y añade que “odia decirlo, pero que es la verdad”. Asimismo, añade que no le desea a nadie por lo que ha tenido que pasar.