Un hombre francés de 65 años, que viajaba dentro de un autobús turístico que recorría los Alpes Austriacos, logra salvar al vehículo de un aparatoso accidente que podría haberle constado la vida a todos los viajeros.
El incidente ocurrió cuando el conductor del autobús, en el que viajaban 22 personas, se desmayó mientras circulaba por una carretera que adyacente a un precipicio de unos 100 metros. El autobús chocó contra la barandilla protectora y la derribó y, en ese instante, el pasajero logró saltar de su asiento y activar ‘in extremis’ el freno de mano, lo que evitó que el autobús se precipitara al vacío.
Según afirmó un portavoz de la policía austriaca, la rápida actuación logró “evitar una catástrofe” y había sido un golpe de “suerte inaudita”.
El área, por su orografía, es propicia a los accidentes; de hecho ya en 2004 cinco turistas murieron cuando un coche salió de la carretera y cayó por un terraplén de unos 30 metros.