Un Boeing 767, operado por la aerolínea israelí Arkia para conectar Barcelona con Tel Aviv, tuvo que regresar al aeropuerto de El Prat, poco después de haber despegado. Y es que, el motor número uno en el plano izquierdo de la aeronave se incendió, aunque por suerte no hubo que lamentar heridos.
Según ha informado El Periódico, el suceso se produjo el pasado domingo, 14 de abril, por la tarde. Los controladores aéreos del aeropuerto de Barcelona indicaron, por medio de su cuenta oficial de Twitter, que dieron “máxima prioridad” al avión para su aterrizaje, que se efectuó sin incidencias. Además, se activó el “protocolo de emergencia” en el aeródromo.
El diario La Vanguardia, por su parte, señaló que, poco después del despegue, se produjeron algunas explosiones en el motor número 1 del plano izquierdo del avión. A posteriori, lanzó una enorme llamarada que alertó del problema a los pilotos y a los pasajeros que viajaban en la zona trasera de la máquina, en el lado izquierdo.
Existen diferentes teorías de lo que pudo haber provocado estas explosiones. Una de ellas, sostiene que el motor podría haber succionado un ave de considerables dimensiones. El aeroplano sigue estacionado en el aeropuerto de Barcelona, donde los técnicos están estudiando lo sucedido.
La línea aérea israelí, por su parte, aseguró que el aeroplano pertenece a la compañía italiana Neos desde hace 12 años. Arkia dijo que haría todo lo que estuviera en su mano para encontrar una opción alternativa y llevar a los pasajeros a su destino “lo más pronto posible”.