Un vuelo operado por Etihad Airways que cubría la ruta Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos)-Washington Dulles, el pasado 16 de septiembre, tuvo que desviarse a Dublín (Irlanda), después de que la tablet de uno de los pasajeros se incendiara.
Según ha informado Simple Flying, no hubo que lamentar daños materiales ni personales, gracias a la rápida actuación de la tripulación de cabina. No obstante, se consideró necesario desviar el vuelo, debido a la cantidad de humo que se había generado.
El incidente supuso un contratiempo para los pasajeros, ya que el desvío a Dublín se alargó durante 90 minutos y el avión permaneció en tierra, una vez en Irlanda, dos horas. Finalmente, la aeronave, un Boeing 787, llegó a su destino con un retraso de cuatro horas.
En los últimos días han tenido lugar acontecimientos similares en diferentes aerolíneas. Por ejemplo, un Airbus A320 neo de Vueling se vio obligado a aterrizar de emergencia, tras llenarse la cabina de humo. Lo mismo le ocurrió a un Boeing 757 de Condor, en un vuelo Frankfurt-Lanzarote, tuvo que regresar al aeropuerto de salida porque presentaba humo en la cabina. Un avión de la misma aerolínea tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia, el pasado febrero, después de que al piloto se le derramara el café en los controles de cabina.