En plena crisis del Covid-19, Francia no da tregua al sector de la aviación, y es que la Asamblea Nacional aprobó el pasado 10 de abril la Ley de lucha contra el cambio climático, cuyo artículo 36 establece que estarán prohibidos los vuelos regulares de pasajeros en los trayectos que puedan realizarse en tren en menos de dos horas y media.
La normativa, que ahora debe ser aprobada por el Senado, forma parte de los planes del ejecutivo galo de reducir las emisiones de dióxido de carbono un 40% para 2030, con respecto a los niveles de 1990.
Si bien desde la industria de la aviación han mostrado sus críticas ante la medida y han recalcado que son uno de los sectores más golpeados por la pandemia, a causa de las restricciones de viaje, la ministra de Industria, Agnès Pannier-Runacher, ha desoído las quejas y ha recalcado a radio Europe 1 que “la aviación contribuye a las emisiones de dióxido de carbono y que el cambio climático significa que las emisiones deben reducirse".
Por su parte, los grupos ecologistas consideran insuficiente la prohibición y piden que afecte a todas los viajes aéreos que puedan ser sustituidos por desplazamientos de cuatro horas en tren.