Rusia podría sacrificar a 250.000 renos, un tercio de la población de estos animales en la región de Yamalo-Nenets de la península de Yamal (franja ártica de Siberia), para frenar una epidemia de ántrax. La alarma saltó este verano cuando la prensa local informó de tres manifestaciones independientes que afectaron a 20 pastores y a un niño de 12 años que falleció. La causa de la infección contagiosa que azota la zona estaría en la descongelación del cadáver de un animal, de más de 75 años de antigüedad, que causó un brote por el que han muerto ya 2.300 renos. Por el momento, cerca de 58.000 ciervos han sido vacunados en las últimas semanas en la zona de cuarentena y sus áreas limítrofes y las autoridades han destinado 1,34 millones de euros a prestar ayuda a la población local Enlace relacionado08/08/2016El calentamiento global reaviva el virus del ántrax...