El Gobierno de Estados Unidos comunicó el jueves su intención de reautorizar la importación de trofeos de caza de elefantes desde Zimbabue y Zambia. De esta manera se revocará la prohibición emitida bajo el mandato de Barack Obama en 2014.
La decisión de la administración Trump, que tendrá que pasar por una revisión antes de ser definitiva, va en contra de los programas de protección de esta especie en peligro de extinción, lo que ha provocado que diversas asociaciones animalistas alcen su voz en contra.
Sin embargo, el Servicio de Pesca y Vida Salvaje de EE.UU. ha señalado que la caza deportiva legal y bien regulada “puede beneficiar la conservación de ciertas especies al proporcionar incentivos a las comunidades locales para conservar la especie y volver a invertir en los ingresos tan necesarios en la conservación”. Además, señala que cazar en países donde el gobierno es sólido y donde se lleven a cabo buenas prácticas de gestión y haya poblaciones saludables de vida silvestre contribuye a apoyar la conservación.
El elefante africano está catalogado como especie en peligro de extinción. Wayne Pacelle, presidente de la organización animalista Humane Society, ha apuntado como “absurdo” que EE.UU. vea a Zimbabue como un país capaz de gestionar de manera correcta la caza y conservación dada la crisis política que se vive actualmente en la región. Según sus cálculos, la población de paquidermos ha disminuido un 6% desde 2001 en la nación y hay evidencias de que la caza furtiva ha aumentado en los lugares donde se permite la caza de trofeos.
Por otra parte, en Zambia, si en 1972 había más de 200.000 elefantes, en 2016 solo quedaba 21.000, y el tráfico de marfil es la mayor amenaza.
También bajo el mandato de Obama, se prohibió la venta de marfil entre estados de Estados Unidos procedente de elefantes africanos.