A la espera de las conclusiones finales, tras el preceptivo análisis de las dos cajas negras recuperadas en el lugar en el que se estrelló el ATR 72-500 de Voepass Linhas Aéreas —resultando las 62 personas a bordo fallecidas—, los expertos apuntan a que el hielo podría haber sido causante del accidente.

Marcelo Moreno, investigador jefe del accidente en Brasil, comunicó que habían tenido éxito al recuperar tanto la caja con los datos de vuelo y la que contiene las grabaciones de audio, pero que quieren tomarse su tiempo para la investigación, sin marcarse fechas límite. “Estamos priorizando la calidad sobre la velocidad”, aseveró. Eso sí, ya ha revelado que “en ningún momento la aeronave declaró ningún tipo de emergencia”.

El hielo, la causa más plausible


Las imágenes grabadas del momento del accidente han permitido observar que el avión cayó en barrena plana, algo que ocurre cuando pierde sustentación. Una de las posibles causas de ello es que se acumulase hielo sobre las hélices o las alas, rompiendo el perfil aerodinámico del avión o haciéndole perder potencia. El propio director de operaciones de VoePass, Marcel Moura, admitió que, si bien la investigación tendrá en cuenta todas las posibles causas, el hielo "es un punto de partida".

Se trata de una hipótesis fuerte. Por una parte, de los 13 accidentes registrados por este modelo de avión, 3 se debieron a la congelación; por otra parte, las autoridades brasileñas habían emitido una advertencia sobre la posibilidad de formación de hielo en el lugar que sobrevoló la aeronave siniestrada; de hecho, poco antes del incidente, otro avión de pasajeros reportó haber sufrido los efectos de la congelación, que fueron solventados sin problemas.

Lo que tiene desconcertados a los analistas es que la tripulación no puso en marcha los sistemas anti-hielo ni notificó ningún tipo de problema al respecto. Y es que los aviones de pasajeros cuentan con sistemas para romper y deshacer el hielo. En concreto, el ATR 72-500 cuenta con unas cubiertas de goma sobre las alas que se inflan y desinflan para romper el hielo. Otras aeronaves disponen de corrientes eléctricas para fundir el agua congelada.