Los enoturistas gastaron de media 160,21 euros al día, entre el segundo semestre de 2018 y el primero de 2019, una cifra que prácticamente no varía con respecto a la del mismo período del año anterior: 161,88 euros.
Así se desprende del décimo Informe sobre la Demanda del Turismo del Vino, presentado por la Asociación Española de Ciuadades del Vino (ACEVIN), realizado a través del Observatorio Turístico de las Rutas del Vino de España. Para el citado estudio se entrevistaron a 2.213 viajeros de 29 Rutas del Vino de España, que recibieron a 3 millones de curiosos en 2018.
Del informe se desprende que el gasto medio del enoturista es superior al del turista general extranjero: 146 euros al día, según el último informe del INE-EGATUR. También al del nacional: 47,70 euros diarios, de acuerdo con FAMILITUR. Los turistas apasionados del vino, además, desembolsan diariamente 41,81 euros en restauración, mientras que 36,16 euros en alojamiento.
Este perfil de turista suele viajar en pareja (44%) o con amigos (29%), aunque cada vez son más los que prefieren practicar enoturismo en familia. También se ha registrado un incremento en las personas que viajan solas (+4,3%).
La estancia del enoturista, durante el período de tiempo analizado, fue de 2,40 días, lo que supone un ligero descenso con respecto al mismo período del año anterior, de 2,43 días. Cruzando este dato con el del gasto diario medio del enoturista, se obtiene el gasto medio total de estos viajeros: 384,51 euros frente a los 393,38 del período anterior.
Asimismo, el 23% de este perfil de turistas optó por alojarse en hoteles rurales, mientras que el 18% en establecimientos de cuatro estrellas, opción que venía siendo la habitual en los años previos.
La visita a bodegas es la actividad que más realizan estos turistas (una media de 1,93 bodegas frente a las 1,94 del año anterior), seguido de la visita a los pueblos, una práctica que ha alcanzado el 63,5%, duplicando así el porcentaje de 2017. El tercer y cuarto lugar, por su parte, lo ocupan degustar la gastronomía local y probar los vinos, respectivamente.
El 60,48% de los enoturistas, a su vez, pernocta en el destino, mientras que el 39,52% no lo hace. En este sentido, destaca el aumento del número de enoturistas que pasan la noche en las Rutas del Vino de España.
Rutas del Vino
El 40% de estos viajeros visita las Rutas del Vino de España porque tiene interés en conocer un destino vinícola concreto. Para el 36,3%, forman parte de los enclaves a visitar dentro de su viaje de ocio o de vacaciones. Otros de los aspectos que motivan el acercamiento a estas rutas son la gastronomía de la zona (5,7%); la cultura de los territorios vitinícolas (5,3); y la naturaleza (3,3%).
Del informe se desprende que la elección de las rutas se basa en las recomendaciones de amigos y familiares (40,6%); también en el interés por los vinos de una zona (24,8); por la atracción generada por la página web o redes sociales del lugar (21,8%); y por Internet en general (19,9%). El 58,3%, además, afirma que ha repetido la experiencia, lo que supone un aumento interanual del 2%.
Las Rutas del Vino más populares entre los encuestados son Rioja Alavesa (30,9%); Ribera del Duero (28,3%); Rioja Alta (26,1%); y Marco de Jerez (21,8%), seguidas de Penedès, Rías Baixas, Rueda y Somontano. Al ser preguntados por la ruta que desearían visitar próximamente respondieron: Ribera del Duero (34,1%); Rías Baixas (30,5%); Rioja Alta (23,2%); Marco de Jerez (23,2%); Rioja Alavesa (22,9%); y El Bierzo (22,2%).
Perfil del enoturista
Las mujeres suelen prácticar más ese tipo de turismo que los hombres (52,3% frente al 47,7%), una tendencia visible desde 2015.
El 27,8% de los enoturistas, además, tiene entre 36 y 45 años, mientras que el 26,4% 46 y 55. Sin embargo, el público más joven, de entre 18 y 25 años, ha experimentado un crecimiento superior al 2%, representando el 9,3% del total de visitantes. El 50,9%, a su vez, realiza sus reservas vía Internet.
El nivel de satisfacción del enoturista de las Rutas del Vino de España es considerable: 8,56 puntos sobre 10. Los aspectos más valorados son las visitas a las bodegas, la hospitalidad, atención al cliente, estancia en alojamientos, calidad del entorno, paisaje y oferta gastronómica.