Los españoles no somos tan patrióticos como los americanos, eso es algo bastante notable. Quizás por eso el portaaviones "Príncipe de Asturias" de la Armada Española, que fue dado de baja en 2013, tenga como destino ser desguazado en Turquía, después de ser adjudicado a la empresa madrileña Surus en una subasta por 2,4 millones de euros, aunque su precio de salida fuera de 4,8 millones. El amasijo de hierros no interesa a casi nadie, su renovación tampoco era viable pues solo le quedaban unos años en activo y los costes habrían ascendido hasta los 150 millones de euros, algo inalcanzale para el periodo de crisis económica de 2008-2013.
Tan solo unos cuantos militares agrupados bajo el nombre ?Rescatemos al portaaviones? alzaron sus voces a favor de una propuesta: convertir la gigantesca nave en un museo naval, siguiendo el ejemplo del norteamericano ?Intrepid?, que se ha convertido en uno de los museos más visitados de Nueva York. Así lo argumentaban en un manifiesto:
"No obsta decir que el "Príncipe de Asturias" podría, igualmente, asumir funciones museísticas y que su rentabilidad económica, con imaginación e iniciativa, es perfectamente posible. Sus características morfológicas y su cubierta de vuelo lo hacen, además, idóneo para albergar múltiples tipos de actividades en las que podría participar un gran público. No se puede obviar, en suma, el impresionante reclamo turístico que este moderno "Escorial de los Mares", como se apodó en su época al navío español "Santísima Trinidad", podría representar para el puerto, la ciudad y la Comunidad Autónoma que lo acogiesen".
En Estados Unidos casi todo es motivo de admiración. El país americano sabe cómo convertir sus viejas glorias en auténticas joyas para visitar: otros cinco portaaviones pueden visitarse por todo el territorio norteamericano, así como diez buques de guerra y hasta cinco transbordadores espaciales que no cayeron en el olvido de una nación con un fuerte sentimiento de pertenencia. Además, como recoge el manifiesto, en Europa también existe un caso: el Belfast, el famoso navío británico de la Segunda Guerra Mundial, que hoy en día se encuentra amarrado en el Támesis con funciones museísticas.
De nada les ha servido protestar. El flamante portaaviones español desaparecerá reconvertido en chatarra a precio de rebaja. No habrá colas de turistas ni guías que expliquen las anécdotas más interesantes del gran buque. El "Príncipe de Asturias" es chatarra, solo chatarra que no interesa a nadie, solo a unos cuantos que no consiguieron contagiar su entusiasmo a los demás. No hay sitio para la Historia en un mundo donde los niños ya no juegan a ser capitanes, eso lo han cambiado por las 'tablets' mientras sus padres se entretienen frente al televisor viendo alguna película bélica, quizás, pero desde la comodidad de un mullido sofá.